¿Qué comían nuestros abuelos? ¿cuáles eran los platos preferidos y los más habituales de un jerezano de principios de siglo? Un escritor anónimo que confiesa ya en el título que nunca fue cocinero, recoge 150 interesantes recetas de entradas, platos y postres "verdaderamente prácticas y fáciles de ejecutar -como anuncia su anónimo autor- por las personas menos entendidas en la materia"
En un prólogo a estas recetas, escrito en 1905, se asegura que "sin necesidad de estudio, ni de lección alguna, la señora menos instruida en el arte de la cocina puede ejecutar las fórmulas que siguen, contando con la seguridad de que todas han sido escrupulosamente ensayadas y han dado los mejores resultados, aun confeccionadas por manos inexpertas".
Con esta publicación, Editorial Agazaya recupera una pequeña joya histórica de nuestra cocina tradicional, y pone en manos de los lectores un extraordinario instrumento para la recuperación de nuestras tradiciones culinarias, que permitirá llevar a nuestras mesas los sabores de siempre
Edición facsímil de 1905