Este libro busca las raíces de este arte en nuestro pasado más remoto, pues entiende que no es un mero folclore ni un estilo musical al uso, sino una cultura, una forma de concebir la vida que se ha ido transmitiendo durante generaciones en el imaginario colectivo de los andaluces. El inconsciente mantiene los lazos de unión con el pasado hasta el punto de que muchos de los nombres de sus cantes y no pocas expresiones flamencas provienen de la algarabía; lengua, entre el romance y el árabe, que hablaba el pueblo andalusí... El ensayo cierra con un singular y novedoso estudio sobre la Zambomba de Jerez, a la que considera legataria de las fiestas andalusíes.