Se trata con estos relatos de que paséis un rato agradable. De que sepáis cómo una humilde cuchillada en el pescuezo de un niño puede cambiar el curso de la Revolución Francesa; de que reflexionéis acerca de la importancia de la palanca para el tableteo de sapos; de que comprobéis, con Diógenes, si es posible cazar patos y masturbarse en el interior de un tonel; de que conozcáis la relación entre los fabricantes de sostenes y el derecho de caza en España; o si conviene o no limpiarse el culo con una hoja de higuera... Se trata aquí, en fin, de que colguéis en la percha que hay a la entrada vuestras preocupaciones y, ya con los tirantes flojos, sonriáis con estas treinta y dos historias, por cierto, todas ellas auténticas.