Con una prosa amena el autor nos traslada al primer cuarto del siglo XIX de la mano del protagonista de este relato: un médico nacido en Jerez en 1803 que ejerció en diversas poblaciones de la Serranía de Ronda. En la lejanía del tiempo el nombre de este médico, Miguel Hué y Camacho, hubiese caído en el olvido más absoluto de no haber sido sido un prolífico escritor que dejó para la posteridad numerosas novelas, comedias e historias cuyos manuscritos originales se conservan en los archivos de la Biblioteca Municipal de Jerez donde un tataranieto suyo los depositó en el año 2014.