Caminar es formar parte del paisaje, ser y sentirse un miembro más de la comunidad de seres vivos que lo componen, experimentar una progresiva sensibilización hacia el territorio, aprender cómo mirar, cómo vivir y cómo pensar en la Tierra, sentir de cerca la Naturaleza, comprender su complejidad, desvelar sus secretos, darse cuenta de que la vida silvestre es importante, conocer e interpretar su lenguaje, comenzar una relación diferente con la Tierra, más personal y profunda, hacerse partícipe de su funcionamiento. El acercamiento a la Naturaleza supone, en fin, un intento de recuperar una vieja amistad que nunca debió perderse, porque de ella dependemos.
PREMIO TUNDRA 2019