Los bonsáis, a veces, muchas veces, quizás siempre, son testigos mudos de muchas historias. Algunas son historias alegres, reivindicativas de la vida, el espejo de personajes contentos con su historia personal.
Otras en cambio son el reflejo de unas vivencias duras, a veces insoportables, incluso historias desgarradoras con un final truculento, otras sencillamente dan pena.
Pero esa es la vida real en nuestra sociedad humana actual, contada a través de los ojos verdes de un árbol adaptado a bonsái prácticamente desde que nació.
Este árbol, un acebuche, cuenta en primera persona vivencias propias y de otros árboles que llegan a la terraza donde transcurre su armoniosa vida, y las de otros árboles que llegan nuevos, y que le cuentan la historia que arrastran ellos y sus cuidadores.
En otros capítulos, las historias se desprenden de compañeros nuevos, que conoce en las múltiples exposiciones que organiza, o a las que acude su cuidador Fiacre.
Espero que disfrutéis, y os divirtáis en algunos capítulos, que os de pena en otros, y en otros incluso que se os escape alguna lagrimita, y que cuando cerréis el libro os haya sabido a poco.
Si es así amenazo con volver con más material.