Ésta es la primera entrega de los libros donde el autor se muestra al descubierto en muchas facetas relacionadas con la pesca, la naturaleza, las personas y el mundo que nos rodea. Todo pescador reconocerá en sus diálogos un poco de sí mismo, pues en ellos está la base y las dudas razonables que nos hacen ser humanos. Está escrito con una pluma ágil y con la humilde ironía a la que nos tiene acostumbrado el autor. El sombreo se convierte en su confesor y en su abogado del diablo, que le pone constantemente entre las cuerdas de lo íntimo y de lo superficial del ser y el parecer.