Es una romántica visión del toreo eterno en el que se habla de todo su ser y no ser más espiritual, con todos sus ángeles y demonios que existen en su toreo, y que han hecho de Rafael de Paula un torero único e inclasificable. En sus páginas queda plasmado el sentimiento del toreo en quienes así nos lo hicieron llegar, como Don Álvaro Domecq y Díez, genial caballero a caballo; Antonio Chenel "Antoñete", eterno representante de la torería y el sabor añejo; y Curro Romero, quien sublima con exquisito arte el temple y la gracia. Así pues, este libro se convierte en un homenaje a los que han eternizado el toreo eterno, y a los que nos han hecho saber sentir el sentimiento.
Descatalogado. Último ejemplar. Papel interior estucado magno ivory de 135 gr. Contiene numerosas fotografías.