El autor muestra cómo la fuerza evocadora de una sencilla sopa, un contundente cocido o un delicado postre de chocolate nos lleva a recordar, a la manera de la célebre magdalena proustiana, la realidad perdida de nuestra infancia. A través de treinta y cuatro encuentros y un epílogo, el autor dialoga sobre diversos temas de la cocina española, la de ahora y la de siempre, y rememora pasajes de la cotidianidad inspirados en la cocina.