Trillo fue la lágrima de impotencia contenida, la rabia desatada, el inconformismo impertinente, los dientes apretados, el puño levantado…
Trillo fue la maza y la cantera, la fuerza inquebrantable de los que no tienen qué perder, la esperanza arrolladora de quienes tienen un mundo por ganar…
Trillo fue el puñetazo en la mesa, la ofensiva y la barricada, el asedio y la resistencia, el grito desgarrado de los que mueren de pie…
Trillo fue la tempestad que persigue a la calma, el ojo del huracán y el corazón de la tormenta…
Pero, para este humilde comunista, Trillo fue, por encima de todo, el más firme ejemplo de lucha que agarrar para no desfallecer en la batalla.
Raúl Ruiz-Berdejo