"A las castañuelas no corresponde otro que atárselas al dedo, hincando bien el diente á los cordones para apretar el pasador, y ponerse á tocarlas, sin reparar en pelillos, aunque sí en palillos. Así pues, lector, tócalas, y me alegraré que te diviertas...".
Edición facsímil de la edición de 1878