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Cartas en defensa del caballo español / Letters in defense of the spanish horse

Cartas en defensa del caballo español / Letters in defense of the spanish horse

Cartas en defensa del caballo español / Letters in defense of the spanish horse


  • Author: Juan Carlos Altamirano
  • publisher: Autor - Editor
  • Year: 2012 (1 Edition)
  • Languages: Español, Ingles
  • dimensions: Width 22.0 cms., Height 29.0 cms.
  • Weight: 1990 grs
  • ISBN: 84-616-0044-4
  • ISBN 13: 9788461600441
  • Book pages: 309
  • Book binding: board
  • colour: colour
  • Availability: In stock

Price: 75.00€ VAT included
Description

Durante siglos, la posesión de un caballo revelaba el status social y económico de su propietario. Pero con la llegada del siglo XX, a la vez que dejaba de ser privativo de las clases socioeconómicas altas, surgía un nuevo elemento, posiblemente más decadente, como fue el automóvil. Este nuevo signo de distinción no iba a durar tanto como lo hicieron los équidos, porque Henry Ford y su sistema de montaje de vehículos en cadena, redujo enormemente el costo de fabricación, entendiéndose a otras capas sociales y popularizándose. En 1905, todas las cortes europeas, habían cambiado los carruajes por los automóviles, salvo la Corte del rey Francisco José I de Habsburgo-Lorena (1830-1916) que los mantuvo hasta la I Guerra Mundial. Cuando falleció el emperador, el parque móvil se integró en un Museo Histórico que se ubicó en el Palacio Schönbrunn (Viena), que alberga en la actualidad más de 170 vehículos. Si el invento de la pólvora restó importancia a la caballería en los campos de batalla, la aplicación del motor de explosión en los medios bélicos la erradicaría paulatinamente, y a la vez que hizo desaparecer a los équidos de los medios de transportes facilitó las tareas agrícolas con su aplicación en las cosechadoras. Y es que en el incipiente comercio internacional, basado en la revolución del transporte, la ampliación de la red ferroviaria, la mejora de las carreteras y la de las comunicaciones con la instalación del telégrafo, simplificaron el transporte y abarató sus costos, no quedando lugar para los, entonces, ya decadentes équidos. El cambio de la silla de montar por el volante, que se generalizó durante el siglo XX, se desarrolló en un período de crecimiento económico y popularización de costumbres, reservadas hasta entonces a la nobleza, en el marco de la carrera armamentista y el abandono paulatino de gran parte de la agricultura por la industria. Mientras tanto, el signo más relevante del comienzo del siglo XX en España, era la pobreza y el estancamiento económico. La grave crisis que vivía la nación quedó al descubierto el cuatro de febrero de 1906, con la detención en Cádiz de 21 jornaleros andaluces que trataban de emigrar a América, de polizones en un barco, huyendo de la miseria1. Estos años fueron el preámbulo de lo iba a ser un siglo de guerras: en el plano nacional la guerra civil española (1936-1939) y en el internacional las dos guerras mundiales, 1914-1918 y 1939-1945.Mientras, las yeguas españolas, hasta que se produjo la total mecanización del campo con la aparición de cosechadoras y tractores, seguían acompañando a los jornaleros, trillando durante largas y penosas horas bajo el sol andaluz, soportando una deficiente alimentación incluso durante el período de gestación. Pasado los años, debido a su capacidad reproductora y al aumento de su demanda al ampliarse el número de ganaderos, como veremos, fueron alcanzando un valor social y económico superior, incluso, al que históricamente habían logrado la mayoría de los caballos. Pero, hasta llegar ahí, el valor de las caballerías (que también fueron desplazadas de la industria por la creación de nuevas tecnologías sustitutivas) había decrecido paulatinamente durante la primera mitad del siglo XX. En este período, salvo los efectivos de la Yeguada Militar2, la mayoría de la cabaña equina de PRE quedó en manos de algunos ganaderos, principalmente andaluces, que, más que buscar rentabilidad, como había sucedido hasta ese momento con la cría caballar, buscaban cubrir una afición relacionada directamente con determinados rasgos culturales andaluces. Tras la guerra civil, y por la carencia de petróleo, se comenzó a utilizar en los vehículos el gasógeno como combustible. De forma paralela, se creó un importante mercado de ganado mular como sustituto a la falta de medios de locomoción y de tracción mecánica. Fuera de Andalucía, los ganaderos se habían especializado, desde mediados del siglo XIX, en la producción de ganado de tiro por las necesidades del ejército para el arrastre de materiales bélicos. Tan preciso era obtener caballerías para el ejército que el senador José María González de Echavarri y Vivanco, el 12 de junio de 1918, dio a conocer en el Senado su extrañeza porque una comisión suiza de caballar estaba adquiriendo ganado caballar y mular, a mayor precio, incluso, que el pagado por la Remonta, mientras el ejército se veía imposibilitado de conseguir las caballerías necesarias3. Con la subida de la renta per cápita que se produjo en Europa tras la segunda guerra mundial, y el inicio del deporte ecuestre, a mediados del siglo XX se empezaba a divisar lo que sería una esperanza para el futuro de las razas caballares. En España, a finales de la década de los sesenta, cuando concluyó la pandemia de peste equina que se produjo en Andalucía, se reiniciaron, como veremos, las exportaciones de PRE. Tras la apertura política y comercial al exterior tras la dictadura del general Franco, se inició uno de los períodos más importantes de nuestro caballo. Países de todos los continentes lo querían conseguir y hacerlo protagonista de una nueva y prometedora industria: la del ocio. De las vicisitudes del PRE durante el siglo XX, habría que destacar su evolución en la provincia de Cádiz que comenzó a recolectar el fruto de un proceso que se inició en la primera mitad del siglo XVIII. La proliferación de la cría caballar en esta provincia, preferentemente en las localidades de Arcos, Jerez de la Frontera y villas limítrofes, no sólo se originó por la gran demanda de équidos para las labores del campo sino que además se inició un proceso que lo podríamos definir como el renacer del Pura Raza Español4. Con el renombre internacional que consiguió la cría caballar gracias a la labor de la familia Zapata, de Arcos de la Frontera; Vicente Romero, Fernando A. de Terry, Isabel Merello, Vda. De Terry; Francisco Chica, y, posteriormente, la yeguada del "bocado", esta zona se consideró durante muchos años la cuna de nuestro caballo. Pero, aunque Jerez de la Frontera no fue el lugar donde se produjo la génesis del caballo Pura Raza Español, sino Córdoba5, hay que destacar la importante labor que realizó en su recuperación, mejora y mantenimiento desde la Guerra de la Independencia a principios del siglo XIX. Su justo premio ha sido la consideración de zona deportiva ecuestre más importante del mundo. Sin duda, es un ejemplo a seguir por otras regiones que pudiendo, y contando incluso con más medios, no hicieron nada en beneficio de una raza autóctona como la pura raza española, de vital importancia cultural y económica.De las decisiones estatales más relevante del siglo XX, relacionada con la cría caballar española, es de destacar la creación del Registro-Matrícula (1911) para caballos y yeguas de pura raza española, la definición del estándar de la raza (1970) y la creación de la Comisiones de Valoración, que ya se venía aplicando desde siglos atrás, un sistema que influyó de forma decisiva en la mejora de la raza. El fruto de estas decisiones no tardó en visualizarse porque la reorganización del sector, que estaba muy olvidado, comenzó rápidamente a dar muestras de lo que se divisaba como un gran éxito. De la labor privada, además del mantenimiento de las yeguadas, se ha de destacar la creación en 1973 (en Sevilla) de la Asociación de Criadores de Caballos de Pura Raza Español (ACCE), posteriormente conocida como Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Español (ANCCE), que de forma paralela comenzó a dar frutos en el sector. La fusión de ambas labores -pública y privada- fue el inicio del nuevo período de expansión que viviría la raza española a nivel internacional.De este período, es necesario resaltar también la labor que viene realizando la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre desde su fundación en 1973, tanto por su espectáculo, de indudable interés turístico y cultural, como por la labor deportiva con caballos como Evento, Invasor, Distinguido, Oleaje, entre otros. Los éxitos conseguidos en las Olimpiadas de Atlanta, Grecia, Juegos Ecuestres Mundiales de Jerez de la Frontera, con el logro de la Medalla de Plata, hicieron relanzar a los pura raza españoles en modalidades deportivas para las que algunos no creían que estaba dotada, y señalaron el camino por el que seleccionar de forma más eficiente a los ejemplares. La recolección de frutos no tardó en iniciarse también en el sector privado consiguiendo caballos de la calidad de Fuego XII, propiedad de la Yeguada Cardenas, ejemplar clasificado como el quinto mejor caballo del mundo en los Juegos Ecuestres Mundiales de Kentucky 2010 (USA). Con lo cual se ratifica, realza y aúna las cualidades históricas de la raza española, que son las mismas que se buscaron, y se consiguieron, en su génesis en el siglo XVI. No olvidemos que el Pura Raza Español nació porque la equitación mundial necesitaba de un tipo de caballo que pudiera realizar los aires de la equitación académica con la belleza, perfección y elegancia que ya se requería en ese período histórico.Conseguido el Pura Raza Español, otros países quisieron obtener ejemplares, posteriormente, a través de cruces, consiguieron en algunos casos razas similares, como los caballos de kladruber (Checoslovaquia) y los lipizanos (Austria)6. Posteriormente, el mismo proceso en Portugal dio lugar al Pura Sangre Lusitano7; y más recientemente, en México, durante la segunda mitad del siglo XX, el caballo Azteca.El contenido de este libro se desarrolla de forma cronológica con la finalidad de facilitar al lector recorrer el último siglo de la historia del caballo Pura Raza Español, que completa, junto a los libros "Historia y origen del caballo español: las caballerizas reales de Córdoba (1998)"8 y "El caballo español con los reyes borbones (2004)"9, la historia de uno de los grandes mitos vivientes. // Throughout the centuries, the possession of a horse was a sign of both social and economic status of its owner. However, with the arrival of the 20th century, it ceased to be the prerogative of the upper classes. At the same time, there was a new element coming into being, prompting its decline, and it was the car. This new emblem of distinction was not to last for as long as the horse did because Henry Ford and his mass production system greatly reduced the cost of manufacture thus making the car available to other social classes and become popularized. In 1905, at all European courts, the horse carriages were replaced by cars, save the court of king Francisco José de Habsburgo-Lorena (1830-1916) where they were maintained until the First World War. With the death of the emperor, the fleet of court carriages became the part of a History Museum that was established the Schönbrunn Palace (Vienna), and at present provides space for over 170 vehicles. If the invention of gun powder diminished the importance of cavalry at the battlefield, so the use of internal combustion engine in warfare would gradually eradicate it, just as it made the horse disappear from the means of transport and facilitated the farm work through its application in combine harvesters. The incipient international trade, based on the revolution in transport, the extension of railway, the improvement of roads and the communication system with the installation of telegraph simplified the transport and reduced its costs, thus leaving no room for horses that already had suffered a severe decline. The replacement of the saddle by the wheel, widely spread during the 20th century, took place at the time of economic growth and popularization of customs, until then reserved for the nobility, in the atmosphere of arms race and gradual abandonment of great part of agriculture in favor of industry.Meanwhile, in Spain, the most notable sign of the beginning of the 20th century was the poverty and the economic stagnation. The severe crisis the nation was living through came to light on February the 4th, 1906, when 21 andalusian workers were detained while trying to emigrate to America stowed away on a ship, in their attempt to escape from the mysery1. These years were just a preamble to what was to be a century of wars: on the national front - the Spanish Civil War (1936-1939), and on the international - the two world wars 1914-1918 and 1939-1945.Meanwhile, until the total mechanization of agriculture took place with the appearance of combine harvesters and tractors, the Spanish mares were accompanying the farm workers threshing for long and arduous hours under the Andalusian sun, enduring poor nutrition including during the gestation period. As time went by, due to their reproductive capacity and the growth in demand following the increase of the number of breeders, as we shall see, they began to reach a higher social and economic value, superior even to that achieved by the majority of horses in the past. However, before that happened, the value of horses, that were also supplanted from the industry following the creation of new technologies, had gradually diminished in the first half of the 20th century. At that time, the majority of Purebred Spanish horses, except for the specimens of the Military Stud Farm2, were left in the hands of some horse breeders, predominantly Andalusians, who, more than seeking profit, as until then was the case when it came to horse breeding, were treating it as a form of pleasure directly related to certain features of the Andalusian culture. Following the civil war, and due to shortage of petrol, gas-oil began to be used in vehicles as fuel. In parallel, a new important market was created for mules as a substitute due to the lack of mechanical means of drive and locomotion. Outside Andalusia, starting in the middle of the 19th century, horse breeders became specialized in the production of draught horses in response to the necessities of the army to carry military equipment. It was so important to obtain horses for the army that on June the 12th, 1918, José María González de Echavarri y Vivanco at the Senat expressed his dismay at the fact that the Swiss horse commission was buying horses and mules offering even higher prices than the Remonta, while the army saw itself unable to obtain horses in order to cover its own needs3.With the increase of income per capita that was produced in Europe after the Second World War, and with the initiation of equestrian games in the middle of the 20th century, it was beginning to shape out what would be the hope for the future of horse breeds. In Spain, towards the end of the 70s, when the pandemic horse plague that broke out in Andalusia finally ended, the export of Purebred Spanish horses restarted. The political and commercial opening to the outside following the dictatorship of general Franco, marked the beginning of one of the most important periods in history of our horse. The countries on all the continents wanted to obtain it and make it the main figure of the new and promising industry - the leisure.Amongst the vicissitudes of the Purebred Spanish Horse during the 20th century, we should emphasize its evolution in the province of Cadiz that started to gather fruit of a process initiated in the first half of the 18th century. The proliferation of horse breeding in that province, especially in the localities of Arcos, Jerez de la Frontera and the neighboring towns, was produced not only due to the grand demand for horses to do farm work, but, moreover, as a part of a process that can be defined as the rebirth of the Purebred Spanish Horse4. Because of the international renown the horse breeding had obtained thanks to the work of the Zapata family of Arcos de la Frontera ; Vicente Romero, Fernando A. de Terry, Isabel Merello, Vda. De Terry; Francisco Chica, and, later, the Bocado Stud Farm, this area during many years was considered the cradle of our horse. And although the place of origin of the Purebred Spanish Horse was not Jerez de la Frontera but Cordoba5, it must be emphasized what an important work had been done there in terms of its recovery, improvement and maintenance since the War of Independence at the beginning of the 19th century. In view of this fact, it has been justly acclaimed the world's most important zone of equestrian sport. Without a doubt, it is an example to follow by other regions that could, and even possessed better means to do so, but did nothing for the benefit of an autochthonous breed such as the Purebred Spanish Horse, of such vital cultural and economic importance.Amongst the most notable state decisions of the 20th century related to the Spanish horse breeding there are undoubtedly the creation of the Stud Book (1911) for stallions and mares of Purebred Spanish Horse, the definition of the breed standard (1970) and the creation of the Valuation Commission, a system which had been applied since centuries before, and which played a decisive role in the improvement of the breed. Before long, the result of those decisions could be seen very clearly in how the sector, until then practically forgotten, rapidly began showing signs of what was perceived as a great success. As for the work of the private sector, apart from maintaining the stud farms, we should point out the creation of the Purebred Spanish Horse Breeders Association (ACCE) in 1973 (in Seville), later known as the Purebred Spanish Horse Breeders National Association (ANCCE), which in parallel started to bear fruit in the sector. The fusion of both public and private work marked the beginning of a new period of expansion experienced by the Spanish breed at the international level.We should also emphasize the work realized in that period by the Royal Andalusian School of Equestrian Art since its foundation in 1973, as much for the performances given, of undoubtedly tourist interest and cultural value, as for the achievements in sport with horses such as Evento, Invasor, Distinguido and Oleaje, amongst others. The success gained at the Olimpic games in Atlanta and in Athens, at the World's Equestrian Games in Jerez de la Frontera , with the winning of the Silver Medal, re-launched the Purebred Spanish Horse in sport, for which in some people's minds it was not suited, and indicated the way in which to select the specimens more efficiently. Before long, the good fruit of the work could also be gathered in the private sector with obtaining horses of such quality as Fuego XII, property of the Cardenas Stud Farm, specimen ranked the fifth best horse in the world at the World's Equestrian Games in Kentucky 2010 (USA). It only confirms, emphasizes and combines the all-time high qualities of the Spanish breed, the same that were sought, and were obtained, at the time of its origin in the 16th century. We must not forget that the Purebred Spanish Horse came into being because the world's equitation needed a type of horse which could perform the airs of academic equitation with beauty, perfection, and grace required at that time in history.Following the appearance of the Purebred Spanish Horse, other countries also wanted to obtain some specimens, and, later, through crossbreeding, in some cases similar breeds were created such as the Kladruber (Czechoslovakia) and the Lippizzaner (Austria)6. Later, through the same process, the Purebred Lusitano7 appeared in Portugal, and, more recently, in the second half of the 20th century, the Azteca horse in Mexico.The contents of this book develops chronologically in order to help the reader travel through the last century of the Purebred Spanish Horse's history. Together with "The History and Origin of the Spanish Horse: the Royal Stables of Cordoba" (1998)8 and "The Spanish Horse under the Bourbon Kings" (2004)9 it completes the history of one of the great living legends.

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