Desde el final del verano, la Bahía de Cádiz se convierte en lugar de descanso y alimentación de infinidad de aves marismeñas que están de paso. Incluso unas 70.000 de estas aves pasan el invierno con nosotros. Al mismo tiempo, las salinas se convierten en importantes lugares de cría de avocetas, charrancitos, chorlitejos patinegros y cigüeñuelas entre otras. El abandono de las salinas puede llegar a ser un duro golpe para la vida salvaje de esta zona.
Duración aprox. 52´