El hombre, desde sus orígenes, ha resuelto sus problemas de supervivencia y de calidad de vida de dos maneras básicas: por una parte, mediante la competición, más o menos violenta, heredada de la selección natural y con la cual se identifica buena parte de la historia fáctica; por otra, a través del conocimiento derivado del uso lógico de la experiencia, y transmitida en el patrimonio cultural, para utilizar mejor los recursos naturales. De este segundo modo, es decir, de la historia de las relaciones entre los hombres y los innumerables objetos físicos producidos en el curso del tiempo, se ocupa Arqueología.