Durante siglos, los más diversos trabajos han requerido el empleo de árboles y arbustos: la contrucción de casas, carros y embarcaciones, el levantamiento de puentes, los aperos de labranza, innumerables muebles, utensilios domésticos y herramientas. Además del uso de ingentes cantidades de leña y carbón vegetal en chimeneas, cocinas, ferrerías y fundiciones.