El intérprete más versátil, enigmático e inolvidable de todos los tiempos. Le llamemos como le llamemos (Ziggy Stardust, The Man Who Fell to Earth, The Thin White Duke), David Bowie cautivó la imaginación de toda una generación con el single de 1969 titulado «Space Oddity» antes de triunfar a lo grande como el dios del glam-rock llamado Ziggy Stardust. Su influencia en la música, las artes visuales y la cultura es incalculable. Su legado es imponderable. He aquí su historia. A lo largo de las cinco décadas de su carrera, Bowie no dejó de redefinirse y evolucionar como artista. Durante este proceso, colaboró con músicos legendarios y no dejó de atraer a nuevas generaciones de fans. Aunque se dedicó sobre todo a la música, Bowie también fue actor, pintor, productor, esposo, padre y amigo. Su muerte, en 2016, conmocionó a los fans de todo el mundo. Bowie fue un individuo único, un pionero, un mensajero, un hombre venido de las estrellas, un encantador gentleman británico y un genio. Y, pese a sus constantes cambios de imagen, a sus extraordinarias innovaciones musicales y a su espontánea encarnación de lo cool, también fue un muchacho común de la periferia londinense que logró transformarse gracias a su voluntad en una exótica y excéntrica criatura con un sano y vehemente desdén por los complejos y las normas de la sociedad.