Australia es, a la vez, isla y continente. Es también la única nación en el mundo que ocupa en su totalidad una masa continental. Tan grande como Estados Unidos y mayor que Europa, se extiende desde el extremo más frío de la zona templada hasta el trópico y ocupa tres husos horarios. Estos son los hilos con los que se ha tejido la historia de su naturaleza y sus gentes. Klaus D. Francke nació en la ciudad alemana de Hamburgo. Trabajó como arquitecto hasta el año 1970, cuando decidió comenzar su carrera como fotógrafo. Fue entonces cuando viajó por primera vez a Australia, era el año 1993; durante su periplo al continente visitó su primera ciudad del interior, Broken Hill, y también su primera cantina en Oodnadatta y su primera mina de ópalo en White Cliffs, una zona de abundantes colinas y cuevas. Desde entonces Francke ha volado cientos de horas sobre Australia admirando la exuberante riqueza de los colores, matices y formas de las antiguas montañas del país, cordilleras, paisajes erosionados; laberintos de cúpulas de piedra y arena de la cordillera Bungle Bungle; miríadas de lagos y salinas, pintorescas costas desiertas, así como indescriptibles paisajes marinos tropicales.