Desde las variedades de tomate más grandes hasta los pequeños tomates cherry, el único problema es elegir los mejores para llevarlos a la cocina. Crudos en las ensaladas, aliñadas con un simple chorrito de aceite de oliva, en potajes calientes o fríos, cocidos al horno, rellenos o gratinados... Además, los tomates permiten también ser guardados en conserva. En fin, se adaptan... a todos los gustos.